Encontré mi otro yo
Después de mucho
tiempo estoy detrás de una pantalla escribiendo cosas que mi corazón sienten.
Me llamo Brenda, quizá ya me conozcas o sepas quien soy, pero realmente
encontré mi verdadera identidad hace poco, me acepté con mis defectos y
virtudes y me propuse a disfrutar de lo bueno que hay en esta creación.
Al ingresar a mi blog
habrás leído la siguiente frase: Creo en Dios porque él me salvo y aunque no lo pueda ver, sé
que está conmigo porque está trabajando en mi vida, como lo hará contigo,
búscalo.
Pues es cierto, hace un tiempo atrás conocí a un Dios que
no era un padre que castiga, ni que te obliga a buscarlo, simplemente él ya
está contigo aun cuando ni siquiera tú crees en él.
Durante muchísimo tiempo intente vivir por mi cuenta,
hacer las cosas a mi voluntad, entregar mi corazón al primer muchacho que me
hable bonito porque no quería estar sola, sanaba heridas con vicios que solo me
duraban algunas horas, no me aceptaba físicamente y si subía un kilo era el fin
del mundo literalmente.
Hasta
que encontré a alguien que me aceptó con todos mis defectos y jamás me juzgo, aun
cuando estaba en mi dormitorio sentada en una esquina llorando, él estaba
apuntando todo lo que realmente yo le pedía, encontrar mi verdadera identidad, ya
no quería ser aquella muchacha con una personalidad solo para agradar a los
demás, anhelaba encontrarme y aceptarme como realmente fui creada, una noche me
encontré con algo que me reveló lo que tanto anhelaba:
2 CORINTIOS 5:17
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
Cuando leí ese
versículo mi alma se llenaba de cosquillas de felicidad porque entendí que las
cosas de mi pasado ya estaban enterradas, que Jesús cuando fue llevado a la
cruz él ya había pagado por mis pecados, aun cuando la gente más te señale por
cosas que tú ya cerraste ciclos porque seguir a Dios realmente no es sencillo pero lo bueno es
que jamás estás solo, es una lucha diaria de poder ser mejor que ayer,
existirán personas que pensarán que si ya tienes a Dios en tu vida debes ser
perfecta pero no es así, todo es un proceso, toda persona en tu camino que te
critique, señale o tenga pensamientos distintos a los nuestros es una persona
que Dios pone en tu camino para ver como tú vas reaccionando – Es una prueba
– te está puliendo, perfeccionando.
Es ahí donde toda las
cosas que vivo ahora no se comparan a las que viví antes, porque ahora es
muchísimo mejor, aprendí amarme más, valorarme más, a verme bonita con o sin
maquillaje, a vestirme como me sienta cómoda, a tener amistades que me ayudan a
crecer y sepan aconsejarme para bien y no que me te derrumben. Ir por la calle
sin temor alguno porque mi vida está segura si voy de la mano de Jesús, que
puedo sonreír, llorar, renegar pero al final encontraré una solución porque encontré
sabiduría.
Mi identidad ya no se
basaba en mis problemas, ni en si me veía bonita, si he subido algunos kilos o
lo que dirán los demás , porque todo eso no nos identifica, Dios me dio lo que
tanto anhele, ser aquella niña con mente de joven, que puede reír y hacer reír
sin la necesidad de agradar a los demás.
En todo momento él estuvo ahí, aun
cuando no lo amaba como lo hago hoy, aun cuando no creía en él y aun cuando
pensé que no escuchaba mis oraciones.
Me mostró aquella
niña que yo no veía porque tenía los ojos vendados por cosas que el mundo me
enseñaba y no era real, aún Dios está trabajando conmigo así como lo hará
contigo, búscalo, el saca la mejor versión de ti.
Encontré mi otro yo, en mi, amándome, aceptándome y sobretodo riendo.
Comentarios
Publicar un comentario