Mi mirada fija en ti
Abril del 2019, después de siete largos meses, llenos de aventura quise volver abrir el blog y escribir acerca de todo lo que había pasado durante todo este tiempo. ¿No les pasa que que desean hacer una vida a su manera? había días donde me limitaba a soñar y poder disfrutar de las promesas que Dios nos da a diario, en pequeños detalles porque sé que es un padre que a diario le gusta enamorarnos.
Es increíble la forma en como Dios te busca y habla. Había días donde me regalaba arco iris, mientras caminaba me enseñaba atardeceres con una gama de color que ni el mejor pintor podría lograrlo, cuando sentía tristeza me enseñaba sonrisas de niños y muchas veces en los abrazos de mis padres sentí su amor. Jamás se cansaba de darme días diferentes pero muchas veces no podía ver todo eso por estar pensando en lo que yo quería y no en lo que él quería para mi.
Siempre decimos que nuestro enfoque es Dios pero muchas veces lo perdemos cuando nos afanamos en personas, situaciones o emociones. Empezamos a nublarnos y perdemos la dirección de nuestras vidas.
Me pasó durante estos días, sé que tengo un padre que es Dios y me cuida pero a veces olvido que mi Padre siempre quiere lo mejor para mi y que me busca, pero en mis sueños o anhelos me distraigo y pierdo esa relación con él, al querer hacer todo a mi manera, con tal de ver cumplirse la promesa que me dio.
No pierdas la relación que tienes con él por querer cumplir la promesa a tu voluntad y no en el tiempo que Dios quiere hacerlo.
Gn. 15: 1 - 9
Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas.
Abram le contestó: ¡Dios y Rey mío! ¿Y para qué me vas a dar riquezas si no tengo hijos? Cuando me muera, ese extranjero que tengo por esclavo va a quedarse con todo lo que es mío.
Pero Dios le aseguró: Tu heredero será un hijo tuyo, y no tu esclavo Eliézer.
Luego lo llevó afuera y le dijo: Mira el cielo y sus muchas estrellas. ¿Verdad que no puedes contarlas? ¡Pues tampoco será posible contar a tus descendientes!
Abram confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo: Yo soy tu Dios, y tú eres mío porque confías en mí. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para entregarte esta tierra.
Gn 16: 1 - 4
Abram tenía ya diez años de vivir en Canaán, y su esposa Sarai aún no había podido tener hijos. Pero como ella tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar, le propuso a su esposo: «Abram, como Dios no me deja tener hijos, acuéstate con mi esclava y ten relaciones sexuales con ella. Según nuestras costumbres, cuando ella tenga un hijo ese niño será mío, porque ella es mi esclava».
Abram estuvo de acuerdo. Entonces Sarai tomó a su esclava y se la entregó a su esposo. 4 Abram se acostó con Agar, y ella quedó embarazada.
Si ya tienes la promesa que Dios deposito para tu vida, estás dispuesto a esperar en su tiempo o hacer tu voluntad para que se llegue a cumplirse, este versiculo Dios fue tan claro, muchas veces nos cuesta esperar y ver la promesa de Dios cumplirse, Saraí hizo a su voluntad, no espero el tiempo que Dios ya habia determinado para su promesa como madre y esa decisión trajo consecuencias cuando su esclava tuvo un bebé con Abram, empezó a sentirse incomoda y decidió sacar a esa mujer de sus vidas pero una de las cosas que amé en estos versículos es que Dios aun cuando te equivocas y haces las cosas a tu manera, el te da la oportunidad de empezar de nuevo y que la promesa que él tiene para ti se cumpla. Dios no desamparo a Sarai ni Abram, tampoco Agar y a su hijo; sino les dio una nueva oportunidad de empezar una nueva vida.
Gn. 17
«En este pacto que hago contigo, te prometo lo siguiente: De ti nacerán muchas naciones. Por eso ya no vas a llamarte Abram, sino Abraham, porque serás el padre de muchas naciones, y muchos de tus descendientes serán reyes. Este pacto que hago contigo, lo hago también con tus descendientes, y no tendrá fin. Yo soy tu Dios, y también seré el Dios de tus descendientes.
«De ahora en adelante tu esposa ya no se llamará Sarai; su nombre será Sara. La voy a bendecir para que te dé un hijo, y de sus descendientes se formarán muchas naciones, y algunos de ellos serán reyes.»
Dios jamás deja de darte oportunidades para volver a empezar, lo hizo con Abram y Saraí, dándole una nueva vida como Abraham y Sara, quienes serán padres y tendrán una gran descendencia. La promesa que Dios te dio, se cumplirá pero sigue confiando en él aun cuando no la veas, porque en su tiempo será maravilloso.
Gn. 21: 1 - 7
Tal como Dios se lo había prometido, Sara quedó embarazada y, en la fecha señalada, tuvo un hijo de Abraham, quien ya era muy anciano. Abraham le puso por nombre Isaac, y lo circuncidó a los ocho días de nacido, cumpliendo así con el mandato de Dios. Cuando nació Isaac, nombre que quiere decir «se ríe», Abraham tenía cien años. Sara entonces dijo:
«¡Dios me ha hecho reír, y todo el que lo sepa se reirá conmigo! Abraham jamás se hubiera imaginado que siendo ya viejo, yo tendría un hijo suyo».
Dios cumplió su promesa, en su tiempo y a su manera, no te afanes por lo que ahora no ves más bien disfruta de todo los procesos que vivirás hasta llegar a lo que Dios te prometió. Que tu mirada esté en Dios, no en la situación. Tu promesa está en camino, sigue trabajando en la obra de Dios que en cualquier momento el te sorprenderá, no dejes que nada te abrume y empieza a conocer su voluntad.
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